Toda nuestra sociedad está atravesando un momento insólito. Durante más de un mes todas las familias, todas las personas, se encuentran recluidas en sus casas sin poder salir más que a muy contadas actividades y durante un tiempo muy limitado. Esto ha conllevado una mayor dedicación a tareas de visión próxima, que son las que pueden realizarse en casa, como el teletrabajo.
¿Puede influir esto en la salud visual? Estudios realizados, sobre todo en Singapore, han comprobado que una dedicación extrema a actividades de visión cercana influye negativamente en la evolución de la miopía, incrementándola. Particularmente, esta incidencia es mayor en trabajos con pantallas de ordenador, observándose en niños y adolescentes, e incluso en adultos jóvenes.
En cambio, en adultos mayores este incremento de la miopía no ocurre, aunque sí el de la fatiga visual provocada por los defectos de graduación. Aparece en la visión próxima y aumenta en importancia cuando no tenemos otra cosa que hacer que leer. En un artículo anterior sobre salud visual ya señalamos las medidas preventivas a tomar para evitar el cansancio y la fatiga visual a consecuencia del teletrabajo.
La miopía se incrementa por tres factores: por la genética; por cambios en la anatomía del ojo, de la córnea en algunas enfermedades como el queratocono; y por factores ambientales. En este último, hay dos circunstancias que juegan un papel ya demostrado: por un lado, el aumento de la visión próxima de forma exagerada; y por otro, la falta de actividades fuera de casa, es decir, al aire libre.
En la visión cercana, cuando se incrementa la dedicación de un modo exagerado, aumenta la miopía en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Es muy frecuente observar como estudiantes de medicina, o de carreras que exigen una dedicación al estudio extraordinaria, acaban siendo miopes y a casi todos les aumenta la miopía hasta el final de su período más intenso de estudio.
En la población infantil se ha podido observar contundentemente este problema, según demuestran estudios realizados en el Lejano Oriente, donde en este momento más del 80% de la población es miope. Las razones no están claras, pero parece que hay un estímulo a desarrollar la miopía debido a esta actividad de proximidad. Además, la falta de dedicación a actividades deportivas y externas a casa tiene, asimismo, un impacto negativo. Y es que se ha demostrado que se requieren al menos de 3 a 5 horas a la semana de actividades al aire libre para contener este incremento de la miopía.
Por tanto, el confinamiento puede estar ocasionando un incremento en la miopía en niños, adolescentes y jóvenes. Puede provocarlo sin que se pueda controlar debido a esa falta de actividades externas. Aún así, también se debe señalar que estos hechos ocurren solo a lo largo del tiempo y que es muy dudoso que un período de un mes y medio pueda ocasionar un impacto significativo en la miopía de todas las personas que estamos confinadas.
Como norma general, hay que dedicar de 3 a 5 horas a la semana a actividades externas a las del domicilio. En particular, a las deportivas y a las que se llevan a cabo al aire libre. Tampoco hay que olvidar que la visión de cerca es imprescindible para el estudio y el trabajo, pero que se debe realizar en condiciones adecuadas, con tiempos de descanso y con el uso de la gafa que sea precisa, de ser necesaria. Esto es particularmente necesario en la sociedad en la que vivimos, especialmente en niños, ya que los años de la infancia son decisivos para la evolución de su miopía.
Cuidemos los ojos durante el confinamiento, y para siempre, adoptando hábitos saludables para nuestra visión.
Catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández
Vissum Miranza, Alicante