Ante la aparición de unas lentillas de contacto que cambian la refracción periférica del ojo, pudiendo influir positivamente en la evolución de la miopía, el doctor Jorge Alió alerta que, “en principio hay pocos visos de ser respaldada por datos científicos”. Alió fue elegido décimo profesional más influyente del mundo de la oftalmología, siendo el único español de ‘The Power List 2016’, lista de 100 profesionales elaborada por la prestigiosa revista británica ‘The Ophthalmologist’. Para él, estos estudios “están aparentemente fundamentados en ciertas observaciones realizadas por algún grupo de investigación, que hasta donde sabemos, no están refrendadas por estudios ni de este grupo ni de ninguno que permita especular que este hecho sea una realidad”.
El profesor y catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Elche añade, además, que “desearíamos que la comunidad científica rogara a los autores que aporten evidencia científica que soporte estas afirmaciones en beneficio de todos, y en particular, de los pacientes y de los propios autores, cuya solidez científica sin duda alguna debe soportar estas afirmaciones”.
Por otra parte, el nombrado académico de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana (RAMCV) se pregunta si “cabría especular acerca de la posibilidad de demostrar estos resultados. Ciertamente, los estudios epidemiológicos sobre la miopía son complicados de hacer. El carácter multifactorial del defecto, la variabilidad de su aparición y de su curso clínico, así como otras variables externas que pueden afectar a su evolución, hacen muy difícil generar grupos de estudio y de control que permitan aseverar nada en este terreno; muy en particular por la larga evolución que requieren para conseguir resultados demostrables”. En este sentido, Alió argumenta que “los estudios acerca de la capacidad de incrementar la miopía de los trabajos de visión cercana y de la actividad al aire libre, realizados en Singapore, lo demuestran, necesitándose decenas de miles de pacientes seguidos durante más de 10 años para conseguir conclusiones que, en principio, siempre son de un liviano soporte epidemiológico”.
“Toda la comunidad científica, en particular los pacientes miopes, se beneficiarían mucho de cualquier avance científico que permita conocer y tratar, e incluso prevenir, la miopía. No obstante, dudamos que la actual evidencia existente, así como el supuesto progreso que estas lentillas de contacto representan, sean algo importante más allá del impacto comercial que puedan tener sobre las ventas de gafas y lentillas corneales”, concluye el premiado con el prestigioso ‘ISRS Presidential Award’ de la Academia Americana de Oftalmología (AAO) por su contribución en la Sociedad Internacional de Cirugía Refractiva.