Tras más de dos meses y medio de confinamiento, existe una gran cantidad de pacientes que necesitan operarse o atender alguna enfermedad ocular. Al tener que acudir a una consulta, surgen dudas sobre los posibles riesgos de las operaciones oftalmológicas. Pero estas visitas están reguladas por protocolos sanitarios que garantizan la seguridad del paciente. No existe ningún problema en acudir a la consulta médica u oftalmológica, puesto que si se cumplen las normas de modo adecuado, el riesgo de contaminación es mínimo.
El paciente deberá llevar mascarilla, gafas protectoras (sirvan las de sol), y además, guantes o líquidos hidroalcohólicos que le permitan lavarse las manos cada vez que toca alguna superficie. Los hospitales son lugares de riesgo superiores a las consultas médicas ambulatorias, ya que en ellas es donde principalmente se ha diseminado la enfermedad, aunque los cuidados sanitarios han sido extremos.
La cirugía ocular es una operación delicada y muy sofisticada. Exige un equipamiento moderno y actualizado, así como un cirujano experimentado. Además, el quirófano es un lugar de máxima seguridad para el paciente, tanto para cirugía refractiva (cirugía láser de miopía, hipermetropía o astigmatismo), como para cirugía ocular (cataratas, lentes intraoculares, cirugía de la retina, estrabismo). Las operaciones se suelen hacer con anestesia tópica o local y el paciente está debidamente protegido. Hay que tener en cuenta que el quirófano es el lugar más seguro para cirujanos y pacientes. Asimismo, los métodos de asepsia son extremos, como siempre. El riesgo está en los quirófanos de cirugía ambulatoria, donde no se cumplen normas de seguridad adecuadas por tratarse de cirugía semi estéril, como a veces pasa en algunas clínicas de cirugía refractiva con láser. En ellas los cuidados deben ser los mismos que en un quirófano donde se lleva a cabo cirugía ocular, como la de cataratas.
La cirugía ocular utiliza sistemas energéticos que ocasionan aerosol, sobre todo en cirugía de cataratas, donde el uso de ultrasonidos emulsifica las partículas del agua y las transmite a la atmósfera. Este asunto ha sido debidamente abordado por los centros quirúrgicos más avanzados de esta especialidad, siendo bien resuelto mediante el uso de medias asépticas y de maniobras quirúrgicas que evitan que este aerosol pueda contaminar al cirujano, al personal de quirófano u otros pacientes. El entorno es de seguridad y control.
¿Qué medidas debe tener en cuenta un paciente al operarse los ojos? Lo primero es conocer el protocolo de seguridad existente. Este protocolo está diseñado por las autoridades sanitarias y debe estar expuesto al paciente para que conozca las garantías que le ofrece la clínica y qué requisitos debe cumplir. Además, es preciso una completa colaboración con el personal clínico y/o de quirófano, quienes ayudarán a cumplir correctamente con los protocolos. Personalmente aconsejo llevar guantes, sobre los cuales pueden administrarse geles hidroalcohólicos para su limpieza, y así uno se protege de cualquier herida que tenga en alguna mano, y por la que puede ocurrir una contaminación. Aunque el virus no se transmite por la piel, si lo hace por las heridas. Finalmente, una vez operado, debe seguir las instrucciones que reciba de su cirujano para así cumplir un postoperatorio preciso y exacto.
Hasta la fecha, no se han informado de complicaciones oculares derivadas del virus en postoperatorios de ninguna operación oftalmológica. El virus ocasiona patología ocular diversa, que ha sido recientemente descrita por nuestro equipo, en colaboración con los doctores Alejandra Amesty y Jorge Alió del Barrio. La publicación se encuentra en la revista ‘Ophthalmology and Therapy’, al alcance de todos en www.pubmed.gov. Esta patología ocular puede aparecer durante la contaminación preoperatoria o también en el postoperatorio. No obstante, dado que no existen descripciones de patologías que hayan complicado ningún postoperatorio, se debe entender que este es un entorno seguro. Si bien, este tema está aún en investigación por nuestro equipo, dado que durante la pandemia se realizaron muy pocas operaciones oculares.
Por tanto, el paciente oftalmológico puede acudir a una consulta seria y con garantías sin problema. Puede operarse de cualquier intervención de ojos, llevando cuidado de cumplir los protocolos pre y postoperatorios adecuados. Confíen en los centros oftalmológicos profesionales y bien dotados para su cumplimiento.
Catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández
Vissum Instituto Oftalmológico de Alicante, Grupo Miranza